Paseo de los Artesanos: un sello propio

 La Voz del Pueblo recorrió algunos de los puestos para conocer de dónde vienen los expositores y cómo ha sido su trabajo durante el mes de enero. 

 Sebastián es de Tandil y visita Claromecó hace más de 10 años. En relación a temporadas anteriores señala que “este año hubo mucha más gente que otros años”.

Su trabajo está vinculado a la cerámica, fabrica vajilla de variados tamaños y colores: “cuando el turista se acerca al puesto busca algo distinto, original, que no se puede comprar en un comercio porque estos objetos están manufacturados de a uno”, explica. 

 Juan Ávila, se acercó a Claromecó por primera vez hace una semana proveniente de San Miguel, provincia de Buenos Aires. Llegó junto a su pareja que hace títeres y eligieron la localidad porque encontró la recomendación en páginas de viajeros; “habíamos leído que hay buena onda con el tema de los motor home, que se puede parar, por eso decidimos venir”, afirma el artesano. 

 Su emprendimiento llamado Vendaval se centra en el trabajo en cuero; “en mi puesto encuentran carteras, billeteras, cinturones, pulseras, accesorios”, cuenta Juan y señala que ha tenido buenas ventas. “Hay días que se vende más, otros menos, pero me gustó mucho Claromecó”, destacó. 

Jaqueline es brasileña, pero actualmente vive en Chascomús, provincia de Buenos Aires. Dice que llegó a Claromecó invitada por amigas que la motivaron a conocer la playa y la feria. 

 “Me encantó la playa de acá, pero no me gusta para nada el tema de la bajada de los coches, me parece que no tiene nada que ver con el lugar bonito que tienen, es descuidado desde ese punto de vista”, expresa. 

 En cuanto a su trabajo, explica que “yo hago todos objetos en plata, joyería, anillos, aros, colgantes, todo con piedras naturales, estoy contenta porque la gente pregunta y compra”. 

 Jorgelina Carrizo es de Claromecó, hace 13 años que forma parte de la feria, junto a su compañero y la familia. Explica “funciona acá en la plaza de forma autogestiva, independiente y colaborativa, está conformada solo por los artesanos”. 

Si bien en su puesto se encuentran objetos realizados en macramé, Jorgelina dice que significa mucho más: “acá pueden encontrar cultura, identidad, porque yo trabajo el macramé, pero lo hago con piedras y semillas de una manera única, hay muchos que trabajan el material, pero cada uno lo hace de manera diferente”. 

 Además, la artesana valora el contacto con la gente, porque “charlo con los turistas, me interesa saber sobre ellos y contarles lo que hago”. 

 En cuanto a la demanda, Jorgelina observa que “ha sido un verano muy lindo, enero la primera quincena fue muy buena, la segunda quincena vino un poquito más inestable con respecto al clima y eso influye no tan positivamente en la gente”. Sin embargo, aclara que “igual el público que viene a la feria, que le gusta la artesanía, viene a comprar”. 

 En uno de los puestos cercanos de la esquina, se encuentra Luis Retta, es caricaturista y hace temporada en Claromecó hace 27 años. “Ha crecido mucho la localidad, cada vez viene más gente, lo conocen y gusta por lo que es lo natural, lo agreste”, indica. 

 Llegó a la localidad el 2 de enero y todas las noches se lo observa mostrando su arte a los turistas: “acá pueden encontrar un simple artista que dibuja caricaturas y hace retratos, el atractivo es el estilo que uso para dibujar. Si bien en todas las playas es posible encontrar un caricaturista, cada uno tiene su estilo y eso es lo que atrae a la gente”, considera. 

Muchos de los artesanos que se encuentran en el paseo realizan toda la temporada en Claromecó, otros se establecen sólo unos días para continuar su recorrido por otras playas o festivales, por esa razón todos los días son distintos en la feria y un atractivo para los turistas.