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El tiburón martillo “es un habitante de nuestras costas”

Juan Piscelli, biólogo marino

El biólogo marino tresarroyense, Juan Piscicelli, contó que se trata de una especie conocida como ‘cosmopolita’ por estar bien distribuido “en aguas de todo el mundo”; y que en su caso los ha visto cuando salen las lanchas pesqueras. Explicó que las crías al nacer se separan de sus madres y buscan aguas poco profundas, y que ese contexto pudieron ser capturadas en la costa claromequense días atrás, mientras buscaban alimentarse.

 

Lo que días atrás resultó ser una novedad entre pescadores de costa del distrito, no resultó ser tan contundente o revelador para quienes investigan a nuestras especies marinas.

 

Los hermanos Juan Cruz y Ramiro Alvarez se viralizaron y fueron noticia por haber capturado –cada uno de ellos- una cría de tiburón martillo en las costas claromequenses, en la zona del Pozo de Alonso a mil metros del faro. 

 

Pero otro tresarroyense que dedica su vida a la investigación de las especies que habitan nuestro litoral marítimo nos permitió salir del desconocimiento sobre el tema.

 

El biólogo marino, Juan Piscicelli, que desde hace años además trabaja en el control de piezas extraídas de concursos pesqueros como el de Las 24 Horas de la Corvina Negra, afirmó que se trata de una especie conocida en nuestras costas.

 

“El tiburón martillo suena al principio como, ‘wow, qué tiburón’, pero es común y es un habitante de nuestras costas. Siempre están”, dijo con absoluta naturalidad.

 

Explicó igualmente que es un pez al que no se le ve con la misma frecuencia que a un gatuso o un cazón. “Habitan todo lo que es la plataforma desde el Río de la Plata y toda la plataforma continental de Argentina; se les dice cosmopolita porque que están distribuidos en las aguas de todo el mundo”, sostuvo el también investigador que se desempeña a la ciudad de Quequén.

“Yo he visto, he presenciado en Claromecó cuando arriban las lanchas pesqueras, algunos ejemplares en esta época. No es muy abundante, pero sí están siempre”

Juan Piscicelli, biólogo marino

También mencionó que es un tiburón que está protegido por el reglamento de pesca, y en ese sentido aclaró que “cuando se dice que está protegido y no se lo puede pescar, en realidad es que no se lo puede sacrificar. Porque cuando uno tira la línea al agua, no sabe lo que va a venir”, resaltó Piscicelli quien recomienda aplicar la pesca con devolución de todas las especies de escualo alcanzadas por la protección como el escalandrún, sarda, el bacota o el cazón, por ejemplo.

 

Acerca del tiburón martillo, el biólogo marino tresarroyense indicó que en el caso de las hembras llegan a medir tres metros de largo, mientras que los machos, dos con setenta.

 

“Se reproducen de forma que las madres paren a sus crías vivas, que encuentran refugio en aguas costeras, poco profundas”, contó.

 

Entonces contextualizó la aparición de las dos ejemplares capturadas de costa por los hermanos Alvarez. “Estamos en la época donde aparecen las crías de estos tiburones martillos; yo he visto, he presenciado en Claromecó cuando arriban las lanchas pesqueras, algunos ejemplares en esta época. No es muy abundante, pero sí están siempre”, aseguró.

 

Observó además que esta familia de escualos puede migrar hacia aguas más profundas en busca de regular la temperatura, en base a las corrientes oceanográficas.  

 

Respecto a esta altura del año, subrayó que actualmente es el momento en que las hembras están pariendo. “Salen ya vivos y pueden, digamos, en la búsqueda de alimento agarrar un anzuelo y quedar capturado”, comentó Piscicelli que al mismo tiempo celebró la forma en que los pescadores deportivos locales los devolvieron al mar.

 

Incluso destacó que hayan sido capaces de no lastimarlos al retirarles el anzuelo de la boca. “Estos animales tienen una alimentación bentófaga, comen crustáceos como cangrejos, todo lo que está en el fondo”, sintetizó.

 

“Estado crítico”

 

También dijo que una vez que la cría nace en el agua del mar, su mamá deja de tener todo tipo de cuidado parental, es donde se generan las pérdidas de ejemplares. Por eso insistió con que se devuelvan, especialmente cuando son chicos para poder “mantener el recurso”.

 

Dijo al respecto que si bien están protegidos se encuentran en un “estado crítico de conservación porque no hay declaraciones oficiales, no es un recurso que se aprovecha. Y al no haber declaraciones oficiales de los partes de pesca, no sabemos muy bien cómo está la población. Es una pena”, dijo al lamentar la situación.

 

Igualmente explicó que las especies que sí tienen protección e interés sobre ellas por estatus de conservación son estudiadas.

 

Tal es el caso del gatuso cuyo tamaño no supera los 70 u 80 centímetros y no pesará más de tres kilos, “es el tiburón más desembarcado en Argentina, el que más se consume y es del que menos sabemos de su biología”.

“Cuando se dice que está protegido y no se lo puede pescar, en realidad es que no se lo puede sacrificar. Porque cuando uno tira la línea al agua, no sabe lo que va a venir”,

Juan Piscicelli, biólogo marino

Contó Pisciceli que se propuso saber –mediante su investigación para el doctorado- “cómo es el mecanismo de nutrición de los embriones porque el tamaño del huevo que pone la madre -y el huevito- no explica cómo se llega a multiplicar el peso del animal, y dar una cría que al nacer pesa 25 gramos, y el huevito pesa 3 gramos”.

 

Su rastreo de información está destinado a conocer “los aportes que hacen las mamás a las crías para que tengan más talla y más peso al nacer, y estén más desarrollados”.

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